Ejercicio 4 ¿Puedes identificar el espejismo y la verdad en este cortometraje de animación?
A continuación verás un cortometraje. A lo largo del mismo saltarán pop-ups con preguntas. Solo tienes que hacer clic en la respuesta correcta para completar el ejercicio.
Hemos optado por manejar la hipótesis de que el protagonista es el anciano y no el ratón, así que ten esto en cuenta a la hora de contestar.
Debajo de la caja del vídeo verás algunas aclaraciones y cuestiones que quizá quieras leer DESPUÉS de hacer el ejercicio. 😉
¡Disfruta!
La historia que cuenta el corto metraje es, más o menos esta:
- Alguien hace unos agujeros en una caja. Inmediatamente sabemos que es para capturar a un ratón. Esos agujeros nos dan información muy valiosa. Sirven para ventilar, con lo que el anciano no quiere matar al ratón, solo deshacerse de él. Como cualquier persona común, no desea convivir con roedores. Esto es casi un tropo por sí mismo en la ficción.
- Tras algunos minutos, caza al ratón y lo celebra.
- Pero su alegría pasa pronto, porque no sabe cómo deshacerse del animal. Trata de echarlo por la ventana, pero el maullido del gato, depredador natural de ratones, le hace pensárselo dos veces.
- El vídeo nos engaña: nos hace creer que el anciano va a asesinar al ratoncito, pero en realidad le hace más agujeros a la caja.
- A estas alturas, el espejismo en el que vive el protagonista, la creencia de que debe librarse del roedor, ya ha empezado a resquebrajarse. Tanto es así, que incluso le da agua y comida.
- Pero el ratón no acepta la comida, sino que la devuelve, indignado. En este momento el ratón pasa a ser un sujeto para el anciano y no solo un objeto. El espejismo hace aguas de manera evidente.
- Cuando el anciano trata de acariciar al ratón y este huye, el espejismo ya se ha roto, de ahí la cara de desolación del hombre, que comprende que va a quedarse solo. Ese es el clímax de la historia: el anciano se enfrenta a su creencia falsa y vence, pero las circunstancias no acompañan a su decisión. El final es agridulce.
- Sin embargo, el desenlace de la historia nos muestra que el ratón también ha aprendido y confía lo bastante en el anciano como para acudir cuando está dormido y comer las migajas de su solapa.
- Al final de la película, la necesidad del anciano de echar a su inquilino se ha transformado en una convivencia pacífica.