Claves para alcanzar el amor entre dos personajes
No voy a negar que he creído a pies juntillas en romances que eran de todo menos amor del verdadero. Estaba ante historias que contaban con dos apariciones estelares en más de trescientas páginas que resultaban suficientes para que los protagonistas fueran dos eternos enamorados. El universo Disney me hizo ver una versión del amor fantaseado. Algo que está muy alejado de la realidad.
Superado ese primer trauma de infancia decidí combatir los relatos forzados, aquellos amores exaltados y, en definitiva, las historias poco creíbles de amor entre dos personajes.
La realidad del amor
De todo ello saqué como conclusión que, al igual que es necesario que nuestro argumento sea sólido y con personajes verosímiles, necesitamos crear un camino amoroso real para que sume a nuestra historia. Tenemos que explicar con hechos esa atracción primordial para después poder hablar de enamoramiento.
Pero no nos tenemos que quedar únicamente en la revolución de las hormonas o en el deseo constante de nuestros protagonistas por encontrarse como indicativo del amor. Hay que poner en palabras y detalles sus aspiraciones, complicidades, puntos en común o también divergentes.
Las relaciones románticas son una exploración mutua. Se entiende como ese encuentro entre dos mundos que luchará por sobrevivir tanto a los vaivenes como a toda su energía emocional.
Buscando el elixir del amor entre dos personajes
1. El amor nos cambia
El amor es una de las partes fundamentales para hacer más envolventes las historias que contamos. Es un sentimiento universal. Por eso tenemos que ser justos y reconocer sin sonrojarnos que todos en algún momento hemos sentido de cerca la flecha de Cupido y lo que esta ha provocado a su paso.
El amor nos cambia y por supuesto esto se tiene que notar en los personajes de ficción. Tras el encuentro inicial la actitud de los protagonistas cambiará en el relato. Aprenderán a conocerse y a compartir tanto aciertos como errores. Esta será una labor que el escritor tendrá que detallar sin prisas y sin escatimar en descripciones.
La clave está en no ser nada comedidos (el amor, sin duda, no lo es) y unirnos a esa arrebatadora fiebre desde el principio para recrear con transparencia todas las situaciones. Acaso, tras haber sentido esa primera chispa traducida en ilusión, ¿no hemos dado un giro a nuestros planes?
2. El trabajo de las personalidades
Si vamos a crear una atmósfera mágica, tendremos que definir bien a nuestros personajes. El amor es caprichoso. Ese es uno de sus puntos con más encanto y el que nos ofrece el escenario perfecto para poder trabajar con libertad.
Nuestros personajes pueden ser el día y la noche. Proceder de dos mundos muy distintos y acabar rendidos igualmente al sentimiento más universal. Lo que no es negociable es que sean planos.
El escritor debe esforzarse por presentar unos rasgos bien definidos de su personalidad. De esta forma, los lectores conocerán de los personajes lo que tienen en común y lo que les separa. Sus aspiraciones y anhelos. Y esta misión será un éxito si a través de esos detalles se consigue que vivamos la historia como si fuera nuestra.
3. El amor en los tiempos difíciles
El salto más notable para sentir que estamos ante un amor verdadero lo encontramos en los momentos complejos. Las situaciones límite refuerzan los vínculos, aunque no lo debemos descuidar, porque como en la vida real también se puede derrumbar nuestro castillo de naipes.
En contextos históricos difíciles como guerras o injusticias sociales florecen amores que son toda una debilidad para el lector. A través de esos relatos adversos se tiende al anhelo y a la comparación con nuestros problemas de pareja cotidianos.
El esfuerzo para enfrentar las crisis o la misma enfermedad siempre tiene un premio especial. Tenemos que ser conscientes de que la reflexión de la vida pasando de la alegría a la tristeza supone el amor más palpable para construir una historia real.
Ya se sabe que las mayores victorias están alejadas de las zonas de confort.
4. El juego de medir intensidades
Cuando de amor se refiere necesitamos siempre ver más allá. El amor es intensidad. No es un tópico el hecho de que cuando dos personajes se enamoran el tiempo pasa a medirse de diferente forma. Es un juego de demostraciones que permite alcanzar todos los límites: los terrenales y también los prohibidos.
Aquí los detalles cobran su máxima relevancia y hay que contarlos sin escatimar en fuerza si la acción lo requiere. El poder sentir como único ese sentimiento de soledad mezclado con añoranza a revivir también con un beso todos los momentos compartidos es algo único en una historia de amor.
Las posibilidades para alcanzar el amor
Tras haber definido ciertos aspectos imprescindibles para que nazca el amor entre dos personajes y lograr de su historia algo creíble tenemos ahora un mundo entero de posibilidades ante nosotros.
Podremos jugar con todos los escenarios, mezclar amores entre amigos, triángulos peligrosos o sencillamente con personalidades a priori incompatibles. Trabajar el riesgo de lo prohibido o el reto de superar prejuicios. Ubicarlos en una atmósfera desierta o en una sociedad cargada de opulencia. Ser unos completos desconocidos o cargar una falsa identidad que también resulte adictiva.
Los frentes son incontables cuando tratamos de mantener ese love in the air. Lo importante es que no los forcemos. Así no funciona este sentimiento. Nosotros somos los únicos que podemos conseguir que los personajes se enamoren y eso significa que previamente tendremos que enamorarnos nosotros de ellos.
Tal vez esta sea la historia que seguro no os han contado y la más especial de cada escritor.
Nuestra pregunta
¿Qué elementos escogeríais para alcanzar el amor entre dos personajes?
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2 Comentarios
Hola! Me ha encantado este artículo y muy buenos consejos para escribir. Un saludo!
Me parecen divertidos los amores entre personajes diferentes, que se van engarzando de a poco, sin casi percibirlo. Y que cuando ya saben lo que sienten, lo rechazan, y luchen contra el cambio que se les viene. Me gusta eso en una historia porque implica crear escenarios creíbles que le den sustento al devenir del amor.
Muy bueno el artículo. Gracias.