Conoce el tema de toda novela
Cuando empezamos una novela, lo hacemos con un argumento en la cabeza, pero a medida que avanza puede hacerse pesado y difícil de hilar. Para reconducir ese tipo de situaciones y no perder el norte en la aventura tendremos que recuperar la magia inicial y ahí es donde tenemos que guiarnos por la brújula que nos acompañará en esta andadura: el tema que da sentido a la novela.
El romance entre el escritor y su tema
Podría parecer una historia cualquiera, pero lo que os voy a contar es un relato auténtico de amor. Estamos ante un romance oculto que da sentido a todo y que el escritor mantiene precisamente en secreto para preservar con celo su atmósfera de magia. Este es un idilio que recibe el nombre de tema, o idea controladora, y nace entre el autor y su novela, englobando su conflicto y conclusión.
Es la chispa que enloquece al escritor y le empuja a escribir hacia un camino incierto. Será responsable de presentarnos a numerosos personajes a través de su hilo conductor resumido en muy pocas palabras. También ella logrará que lleguemos a sentir de cerca el aliento de una incipiente pasión o la experiencia siempre dolorosa del primer desamor.
El tema guiará al escritor en los momentos de pérdida de inspiración. Será una fórmula descriptiva (una musa si es preciso), destinada a reconducir con éxito al autor en la problemática situación de un estancamiento de ideas.
Así, el escritor siempre estará en deuda con la síntesis de su historia, manteniéndola protegida hasta el final. La idea es que el propio lector llegue a la última página de una novela con el tema entendido, su conclusión, lo que resulta por ende el objetivo último de todo autor.
El tema y sus rasgos fundamentales
Tal es la importancia de este mensaje principal que, si su concepto no resulta claro, nuestra historia se puede tambalear sin remedio. Su esencia es el pilar central para construir con acierto un argumento. Y para que funcione necesitamos que dicho tema cumpla sin excepción con una serie de rasgos:
- No puede pasar desapercibido porque es el contenido crucial de una obra.
- Su valor se puede resumir en una afirmación o frase que termina dando sentido a todo el conjunto.
- El mejor tema es simple y claro.
- Busca provocar emociones o la expresión de opiniones.
Bajo una buen tema se esconderá siempre el concepto o enseñanza que el autor nos quiere transmitir a lo largo de todas las páginas. Es por tanto el punto de partida del escritor que conduce al lector a una reflexión final.
Temas para todos los gustos
Si estamos ante un propósito estudiado, que es la idea central y el objetivo de mensaje del autor en su novela, tendremos que reconocer que hay una serie de temas universales que se han ido postulando como idea controladora o tramas maestras.
1. La aventura
“En el viaje se encuentra el aprendizaje”. El énfasis no recae en el protagonista, sino en el periplo de vivencias experimentadas que le terminan convirtiendo en alguien grande.
Muy común en obras de temática mitológica, donde podemos colocar a Ulises y su Odisea como uno de los mejores ejemplos.
2. El amor prohibido
“La pasión descontrolada rompe las normas de la sociedad y de la moral”. Estamos ante el amor frenético que no entiende de límites ni de apellidos. Es obsesivo y ante su prohibición se ahoga en un final generalmente mortal.
El título de Romeo y Julieta del maestro Shakespeare es un fiel reflejo de este tema tan interiorizado.
3. La fuerza del más débil
“No hay rival pequeño si existe una superioridad moral”. Es muy común presentarnos en las novelas a personajes poderosos que abusan de los débiles. Estos últimos además sean la reencarnación en persona de la bondad. Esa será su condición que les hará más fuertes y hasta victoriosos en la lucha final.
Es el tema por excelencia utilizada para enseñar el triunfo del bien sobre el mal. Lo vemos en la mayor parte de películas de Walt Disney. El universo de la Cenicienta, Blancanieves y su largo etcétera nos han convencido a lo largo de los años de ese mensaje tan utópico.
4. Venganza
“La sangre clama justicia”. A través de un suceso rompedor (normalmente un crimen), se inicia un argumento exclusivo, destinado a consumar la venganza. El objetivo se llevará a cabo al final de la obra tras pasar por numerosas tramas, personajes y engaños. Estos sumarán ingredientes en conjunto para hacer épica esta vendetta.
Es el tema de una historia real en busca de venganza y justicia en El conde de Montecristo de Alejandro Dumas.
Conociendo ya su importancia podemos llegar ya a entender con claridad cómo el tema teje una relación de dependencia y amor que estará siempre muy presente para el escritor.
Nuestra pregunta
¿Qué temas te llaman más la atención?
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3 Comentarios
Creo que la más importante es que anima a los lectores a seguir el ejemplo de Alonso Quijano. De volvernos locos con lo que nos apasiona (ya sean novelas de caballerías o de cualquier otra cosa), de luchar contra las injusticias que se nos presentan, de enderezar entuertos aunque se nos ponga el mundo en contra o nos salgan del revés 🙂
Hola, en poco tiempo estoy por iniciar mi primera novela, mi problema es que lo que quiero contar involucra muchos temas: el amor prohibido, las almas gemelas, la vida y la muerte, la vida después de la muerte, los sectores oprimidos de la sociedad, el “tercer sexo” y su realidad, etc.
Realmente el argumento tendrá una base romántica muy sólida pues contará la historia de dos enamorados y todo lo que les sucede, así que uno podría decir con tal de no hacerlo muy complicado que el tema es el amor prohibido, un concepto que envuelve algunos de los subtemas que siento que serán tocados durante el texto.
¿Será que ya me respondí? ¿Se puede tener un tema compuesto?
Gracias
Normalmente el tema es una frase más compleja. No es “el tema prohibido”, sino, por ejemplo, “cómo afecta a la salud mental tener un amor prohibido”. Como ves, es más elaborado para que sitúe claramente la dirección de tu novela, no un concepto ambiguo. Todos los subtemas tienen que llevarte también en esa misma dirección, por lo que tendrás que buscar qué es en realidad lo que quiere contar con toda la trama completa. Y todo lo que no ayude a transmitir ese mensaje debería quedar fuera porque hace que el concepto se diluya. Ten cuidado de intentar abarcar demasiado, porque al final el lector no sabrá qué le estás queriendo contar ni por qué.
Espero haberte aclarado la duda 🙂