Los peligros de jugar con deus ex machina
Ser escritor es ser creador, un pequeño dios en potencia que da vida y emociones a personajes que han salido de la mezcla explosiva entre cabeza y corazón. Pero hay un peligro: abusar del azar en una novela y cometer lo que en la literatura se denomina deus ex machina.
Esto puede verse como que el escritor, bien ha perdido el norte, bien se ha quedado en blanco y ha tenido que improvisar. En cualquiera de los dos casos la reacción se traduce generalmente en enfado o decepción por parte del lector.
Sorprender recurriendo al deus ex machina
Para entender el calibre de esta traición nos tenemos que poner en situación. Nuestro protagonista se encuentra en un callejón sin salida y le están pisando los talones unos malos malísimos.
Sin posibilidad de escapatoria, dan con él. Y cuando le van a echar el lazo se tiene como repentina solución la llegada de una aparición celestial, no conocida hasta el momento, que trasladará a nuestro actor a otro escenario a salvo.
Cuando sucede esto estamos ante un deus ex machina. Es decir, ante un elemento externo que soluciona el conflicto de un modo ilógico e inapropiado, sin respetar la línea que se ha trazado en la historia.
El término en latín significa ‘dios surgido de la máquina’ y tiene su origen en el antiguo teatro griego. Sucedía cuando una grúa introducía a una deidad en escena para resolver con éxito y ovaciones una determinada situación.
Esta clase de milagros imperdonables para el lector siguen unos patrones clásicos. Aunque nunca estos estarán sujetos a las mismas situaciones. Entendiendo el concepto será más sencilla su localización:
- Aparecen en un momento cumbre, atendiendo a la situación de máxima tensión en un relato o novela.
- Un deus ex machina son personas, entes o poderes desconocidos, nunca antes han salido a escena. Sin embargo, se lucen en pleno cenit del argumento.
- Son la única solución a una realidad insalvable.
- No tienen sentido ni criterio alguno.
- Consiguen enfadar al lector por lo inverosímil de la actuación.
Obtener que mediante estos giros se solucione la papeleta y se retome la historia puede en algunos casos pasar desapercibido si se realiza con cierta sutileza. Pero la mayoría de las veces implicará un final previsible, además de dejar muy mal sabor de boca en el lector.
Jugando a las soluciones milagro con los deus ex machina
Los deus ex machina son tópicos de lo más evidentes. Aunque los hemos llegado a integrar con tal normalidad que en muchos casos apenas nos logran sorprender y provocan hasta enfado.
Esto ofrece una concesión a los escritores, que aún a sabiendas que no son buenos, los utilizan como recurso en repetidas ocasiones.
Algunas de las formas que siguen este patrón y en los que caemos sin darnos cuenta se presentan de las siguientes maneras:
1. Todo ha sido un sueño
Tal vez sea el deus ex machina más extendido en historias a lo largo y ancho de todo el planeta. Su utilización ha traspasado las páginas y letras para verlo también día sí y día también en series o películas.
Aquí la desventura del protagonista se arregla milagrosamente cuando este se despierta y comprueba que todo era un sueño. Una solución simple para no tener que quebrarse demasiado la cabeza.
Con Los Serrano y su repentino desenlace convertido en sueño se hizo épico este deus ex maquina condenándolo de por vida. La lección aprendida es que no se pueden crear tantas expectativas para dejarlas en meras alucinaciones. O, por lo menos, no utilizarlas para el argumento central de una serie.
2. Y ese poder, ¿desde cuándo?
No creas que eres despistado o que te has dejado algún capítulo sin leer. Llegados a un punto clave del argumento, te encuentras con que el protagonista para salvar su pellejo adopta un poder tan extraordinario como desconocido hasta el momento para resolver esa situación imposible.
Cuando sucede esto, tan propio de los libros de fantasía, estamos ante un deus ex machina de manual al ser una información totalmente relevante, que tendría que haber aparecido con anterioridad en el relato y no de una forma tan improvisada como cómica.
3. La aparición y destreza divina
Aquí se presenta una de esas situaciones extremas en la vida, en las que no se puede elegir ni pensar. El protagonista solo tiene una oportunidad para salvarse al estar encadenado a un mueble en una habitación que ha comenzado a incendiarse.
Y cuando cree que nada es posible, se da cuenta de que tiene al lado un hacha. Y además un don especial para cortar la cadena sin pestañear.
El problema se encuentra en que esta destreza aparece sin razonamiento lógico. Y cuando hablamos de hacha, este deus ex machina incluye esas fortuitas horquillas que convierten al protagonista en un cerrajero de excepción, capaz de abrir las puertas del mismísimo infierno.
4. Este muerto está muy vivo
La manera más rápida de quitarse un problema de encima es hacerlo desaparecer de escena. Si el hecho de perder a uno de los personajes ya es bastante traumático para el lector, peor es que cuando ya ha digerido la pérdida ese personaje vuelva a la vida.
Este regreso del más allá tan oportuno puede traer el consejo ideal, el camino que se ha de seguir, la pócima para sobrevivir o la misma muerte al villano. Un horrible deus ex machina que se resiste a perder a nadie del elenco en contra de lo que sienta el lector.
Y a estos ejemplos les podemos sumar unos cuantos más. La lista es tan extensa como sorprendentes los recursos para romper toda expectativa. ¿Se te va a resistir ahora algún deus ex machina más? Ten cuidado y no caigas en la trampa fácil de ese juego.
Nuestra pregunta
¿Qué otros deus ex machina conoces?