El éxito de la novela policiaca
Guiados por el éxito del que goza el género de novela policiaca vamos a formar parte de una investigación como si fuéramos los mismos detectives protagonistas de este tipo de narrativa, en busca de respuestas a este misterio.
Para ello tenemos que ser muy astutos y distintos al común de los mortales. Dos ingredientes imprescindibles si queremos ser detectives a la altura de este tipo de prosa tan envolvente. Siendo conocedores también de que las buenas novelas policiacas siguen prácticamente a pies juntillas una serie de elementos muy identificativos, vamos a desmontar sus principales secretos.
Tras la pista de los imprescindibles en novela policiaca
Si has sido un lector avezado en la novela de tipo detectivesco y tienes a Agatha Christie como cabecera, de todos tus libros reconocerás a la primera los componentes que no suelen fallar en este tipo de obras.
¿Quién es el asesino?
Será la pregunta más repetida en tu cabeza a lo largo de todas las páginas y la cuestión que impulse a que una vez adentrado en la historia no sueltes el libro. El imán ya ha logrado su efecto: atraerte para descubrir quién es ese antagonista.
Lo que seguramente no sepas es que el asesino ha estado casi desde el principio presente en tu lectura. O debería, vaya. No puede aparecer al final y que no haya salido en toda la novela.
Es un clásico de las obras policiacas de tipo who do it que el responsable del crimen aparezca siendo concretos en la primera mitad del relato.
Esto se debe a que cumple a la perfección con el esquema de introducción de personajes y su grado de importancia en escena. Y por si no lo habías adivinado, sí, el asesino es vital para la narración y cuanto menos típico sea, mejor será el valor añadido que dé al argumento.
Si vamos todavía más lejos, podemos sacar una conclusión bien detallada de los tipos de crímenes en estas novelas de detectives. Los grandes motores que mueven las pasiones más bajas para terminar en un desenlace fatal son el amor cuando la víctima es un cónyuge y la codicia si en ese caso tiene otro tipo de relación familiar.
La historia de la historia
La muerte es un punto demasiado importante como para tomarlo de manera superficial en la novela policiaca. El crimen tiene una historia oculta que normalmente procede del pasado. Es la que despierta los instintos más peligrosos y la que trazará la personalidad conflictiva del criminal.
El autor de novela policiaca se suele recrear siempre en este punto para trazar con finura la mente y pulso de su asesino.
Un detective fuera de lo normal
Frente a esa figura de malo tiene que aparecer un personaje en escena de lo más singular. Por lo general se trata de un detective con un talento extraordinario. Es rápido a la hora de conectar acontecimientos y de analizar pruebas. Un protagonista con virtudes y apenas defectos que siempre será capaz de ver y entender mucho más que los demás.
En su representación de inteligencia extraordinaria, así como de determinadas manías muy humanas se convierte en un gancho seguro para los lectores. Tanto es así que en este género es habitual que la presencia del detective no se quede aislada en un caso y aparezca en muchas más novelas a modo de serie.
De esta escuela son Sherlock Holmes, el comisario Maigret, el padre Brown, el televisivo Colombo con su gabardina y, el más reciente, el comisario Montalbano.
Estructura aprendida de memoria
Pocas cosas siguen un patrón tan encorsetado como el de las novelas policiacas. Su estructura sigue un orden que todos conocemos desde un principio. Pero no es motivo de impedimento para que avancemos en su lectura.
Todo comienza con la aparición de un cuerpo al principio de la novela. A partir de aquí se abre a modo de abanico un elenco de personajes que normalmente estarán relacionados entre sí.
Todos ellos parecerán tener algún tipo de motivo para haber sido los motores del crimen. Es de lo más habitual que exista al menos un personaje femenino que en este punto adquiera más relevancia (bien por ser bondadosa o realmente malvada) relacionado estrechamente con la víctima.
Presentados todos en escena aparece el detective que llega para quedarse. Con sus preguntas y deducciones este irá descubriendo la personalidad de todo el reparto y para no dar resultados demasiado pronto saldrán a la luz en este momento una serie de pistas falsas o maniobras de distracción.
Esto será un pequeño revés para el detective. Pero se aparcará pronto con la introducción a mitad de la novela de la pista fundamental. Será la que lleve al desenlace tan rápido como inesperado en donde el bien gana siempre al mal.
El ambiente y escenarios
En una novela policiaca no hay nada sujeto al azar. No existen cabos sueltos ni en el desenlace ni en los personajes ni el propio ambiente que rodea todo. Las descripciones del lugar, relevantes para la investigación, así como los propios pensamientos del detective son imprescindibles para conocer esas respuestas que el lector tanto busca.
¿Has logrado una respuesta?
Tras haber repasado los puntos imprescindibles que perfilan toda novela policiaca, toca ver si has llegado a una conclusión acertada. Si repasamos lo expuesto, vemos unos patrones únicos que se terminan repitiendo en el resto de novelas de este género. Entonces, ¿por qué el éxito de las novelas policiacas?
Tal vez no seas un detective de primera si has tenido que llegar hasta aquí para conocer la resolución. Eso es que no has reparado en las pistas que he ido dejado en el camino.
Los mismos elementos que pueden parecer repetitivos por mantener siempre la misma estructura son al final su principal grandeza. No son un handicap, sino todo lo contrario: un elemento insustituible, su verdadero potencial.
Para el lector no son ejemplos repetitivos, es más, sabiendo de su existencia los espera impaciente sintiendo verdadera curiosidad hasta el final, mientras el escritor ante esto tiene por delante un gran trabajo de creación de ambientes y personajes dotados de fuerte personalidad.
¿No es elemental, querido amigo?
Nuestra pregunta
¿Conoces más puntos que asocies a la novela policiaca?