Cómo lograr el inicio perfecto para tu novela
Cualquier escritor sabe que las primeras frases de una novela determinarán que el lector continúe o no leyendo. Así que piensa bien cómo va a ser tu inicio. Todos lo hemos experimentado: con solo un vistazo al principio ya sabemos que ese estilo no nos atrae lo más mínimo, es muy recargado o, por el contrario, muy austero…
Pero, al margen de la técnica del autor, nos encontramos con la trama, la primera aproximación. En este artículo vamos a detallar qué inicios hacen automáticamente que tu lector abandone la lectura y cómo otros lo atraparán dentro de sus páginas.
Empezar por el inicio
Para empezar, el término técnico para el inicio de un relato es íncipit. Hace referencia exclusivamente a la primera frase (o como mucho unas 3-4), pero en este artículo ampliaremos la información a los primeros párrafos.
Recuerda que el objetivo es enganchar al lector. Por mucho que tengas una novela increíble, si el principio no convence, no lograrás que nadie se quede a leerla. Cada palabra que pongas debe llevarte en esa dirección. Plantéate la escritura de esas líneas como una inversión de tiempo que tendrá como resultado la ganancia de adeptos a tu novela.
Por lo tanto, debes seducir al lector, lograr sorprenderlo y/o impresionarlo. Desde la primera palabra, debe ocurrir “algo”, que haya movimiento. Una opción son los inicios in medias res (in media res no existe, por cierto, es con ese), siempre y cuando el lector no acabe tan descolocado que no comprenda qué está ocurriendo.
Normalmente las novelas comienzan con la presentación del protagonista en su vida diaria. Si es un relato de fantasía, es usual que desde el principio se establezcan las leyes naturales de ese mundo para que el lector las conozca y se establezca el pacto.
También nos encontramos con casos en los que no te indican desde el mismísimo inicio que hay magia, pero en la sinopsis (y en algunas cubiertas), sí; así que su lector ya sabe qué se va a encontrar.
Por lo tanto, hay que presentar al que será el protagonista, siempre sin detener la trama. Tienes que dosificar e intercalar estas pinceladas con la historia. Es muy importante la contextualización de su vida cotidiana porque así se podrá contraponer con lo que ocurra una vez tenga lugar el incidente desencadenante.
¿Dónde y cuándo?: la clave de todo inicio
Recuerda que lo primero que debes hacer es situar al lector: tan pronto como puedas indica dónde y cuándo estamos. Asimismo, dinos quién es el protagonista (género, edad, etnia…). La mayoría de esta descripción con su nombre se soluciona.
Si no quieres desvelar cómo se llama, al menos usa los adjetivos para identificar su género (“estaba sentada”). A estas alturas decir “lleva un vestido” no ayudará porque, aunque no sea lo habitual, hay hombres que los llevan.
Según un estudio que comentamos en el Máster de Escritura Creativa de la Universidad de Sevilla, sin más pistas, el lector siempre pensará que el protagonista es un hombre de mediana edad y de la capital de su país. Si al avanzar descubre que es una mujer, tendrá que recorrer el camino a la inversa para volver a leérselo, ahora sí, con la silueta femenina en cada escena.
Piensa que todo lo que haya en tu novela tiene que ser imprescindible, pero en las primeras líneas, aún más. No realices digresiones, debes aprovechar este fragmento para ir orientando la novela hacia el conflicto. Sé directo, ve al grano.
Los íncipits que funcionan tienen cinco características:
- Transmiten la esencia de la trama, el tema que reside en el fondo del relato.
- Son honestos, no engañan al lector con falsas apariencias.
- Las palabras han sido escogidas con mucha atención.
- Suelen ser muy breves.
- Tienen significados ocultos, un subtexto, a veces, juegos de palabras.
Cómo NO debe ser el inicio de tu relato
Esta lista que expondré a continuación no puede ser tomada al pie de la letra. Seguro que encontráis magníficas novelas que tienen uno de estos comienzos, pero justamente el problema es que se han convertido en un cliché de tanto usarlos. Una opción es tomar uno de los ejemplos de la lista y probar a darle la vuelta para acabar con el tópico y conseguir un inicio rompedor.
- Sueños: un personaje sueña, lo despiertan (despertador, radio, una voz ajena, etc.), este se mira al espejo… (cualquiera de los tres inicios están desaconsejados, pero la combinación de los tres es pecado).
- Personaje: una descripción pormenorizada del protagonista.
- Resumen: detallar toda la biografía del personaje hasta el tiempo actual del relato.
- Paisaje o clima: una descripción extensa del escenario o del tiempo que hace.
- Worldbuilding: explicar el mundo que te has inventado con todo lujo de detalles.
- Vocabulario inadecuado: un exceso de subordinadas y palabras que requieran que abra el diccionario (hay autores que siguen creyendo que actualmente se escribe como en el siglo XV).
- Diálogo: una conversación entre varios personajes que no son descritos por el narrador.
- Moraleja: incluir el tema que se va a repetir durante la novela (leitmotiv), especialmente en las novelas de autoayuda o aquellas con adoctrinamiento.
- Flashback: narrar una escena anterior al momento actual del relato (revisa los tiempos verbales; trata de no usar el pluscuamperfecto, ya que se refiere a un momento anterior).
- Final: que te desvele cómo acaba (en Crónica de una muerte anunciada, la muerte del protagonista no es lo importante, sino por qué y quién lo mató).
Nos vamos de caza
Tu íncipit así como los primeros párrafos serán un señuelo para cazar lectores. Ya has atraído su atención y has conseguido que siga leyendo. Pero aún no has vencido.
Debes conseguir que el resto del relato mantenga esa intriga, que quiera descubrir cómo termina. Por eso es muy importante que cada una de las frases tenga una razón para que esté en tu texto y esta debe ser enamorar a tu lector.
Nuestra pregunta
¿Qué inicio de novela te ha enganchado más? ¿Cuál ha sido el más horrible que te has encontrado?
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
5 Comentarios
Igual ya está un tanto trillado, pero el prólogo de El Nombre del Viento hizo que me enganchara de inmediato. Otro ejemplo son las novelas de Ken Follet, que siempre empiezan con una frase que ya te deja con los ojos clavados en las páginas. Recuerdo el verano pasado, cuando todos en mi casa se leyeron La Clave está en Rebeca, y la frase con la que Follet arrancó aquella historia fue la siguiente:
“El último camello se desplomó al decimocuarto día.”
Muchas gracias por tu comentario, Bardo. Analizando lo que hemos comentado, en ENDV se nos presentan los personajes, la trama y ocurren cosas, ya te orienta hacia el conflicto. Asimismo, puedes ver el estilo del autor, que se mantiene en toda la novela, y decidir si te gusta o no.
La verdad es que como prólogo es muy original y además tiene esa estructura circular con el triple silencio.
En el caso de Ken Follet, esa primera frase ya es impactante y, como comentas, te invita a leer más hasta que se te sequen los ojos, jajaja.
De nuevo, gracias por tu aportación 😀
Una de las cosas que más detesto al leer una novela es que no aparezcan de primeras las descripciones físicas de los personajes, imaginártelos ya con una fisonomía concreta, y que cinco páginas más adelante sean todo lo contrario a lo que habías imaginado.
Excelente artículo. Sobre todo aconsejamos prestar especial atención a lo que NO se debe hacer en el inicio de una novela. Son errores recurrentes en muchos escritores noveles que echan a los lectores de su novela ya en las primeras páginas.
Nos gusta. Lo compartimos 🙂
Un saludo.
No estoy de acuerdo con todo lo que se cuenta aquí.
El articulo esta muy bien, pero los principios de los manuscritos solo tienen que ser impactantes para mantener al lector en el.
Pero dar una lista con los NO principios, no es correcto.
Empieza como quieras, mientras tenga esa cosa explosiva en el lector da igual.